En los últimos días antes de que se nos metiese el otoño, nos fuimos el domingo por la mañana a dar una vuelta por la zona de Quevedo, aprovechando el tramo de Fuencarral que cierran al tráfico.
Con el solete sobre las 13:30 ya había sed y empezamos a buscar un sitio tranquilo y a la sombra para tomarnos una cerveza. Tiramos de Google Local Madrid y vimos una recomendación del Restaurante Villa de Foz muy buena de unos de los usuarios expertos de Google, Xoxe García. Así que nos dirigimos a la calle Gonzalo de Córdoba y en cuanto vimos que tenía un par de mesillas en la terraza a la sombra nos sentamos rápido con la intención de picar algo. Y el sitio nos atrapó y nos acabamos liando.
Empezamos con una cerveza y pedimos unos mejillones a la vinagreta para picar. Con la cerveza nos sacaron unas bravas muy buenas. Una salsa de tomate de esas que se ve que es casera 100%.

Y llegaron los mejillones la vinagreta. A primera vista ya destacaba el buen tamaño del mejillón. Tenía un sabor estupendo acompañado de un vinagreta suave también muy buena.

Visto el éxito de los mejillones, y que se estaba agustísimo, nos pedimos una de pulpo a la gallega para continuar. El pulpo estaba muy bueno de sabor, con unas patatas y un aceite excelente pero un pelín duro para mi gusto. Aún así nos continuo animando para volver a pedir la carta y marchar algo más.

Pedimos la carta pero no me digas para qué. Porque al final le preguntamos al camarero por alguna recomendación y nos dijo que si nos gustaba la merluza, preparaban un cogote de merluza al horno muy bueno. Lo pedimos a compartir y estoy deseando volver para catarlo de nuevo. La merluza estaba de muerte. En su punto. Jugosa y bien buena. Rebañamos todos los recovecos de la quijada y no dejamos ni una patata.

Acabamos con otra recomendación del camarero, el pudding de requesón. La leche de bueno. No os vayáis sin probarlo y que cada comensal pida una cucharilla porque lo va a catar seguro. Y tras el pudding, tus licores caseros y tu buen café solo.

Conclusión: Un restaurante gallego excelente. La materia prima y las preparaciones son estupendas. No es barato pero la relación calidad precio es muy positiva. Los clientes son los fijos del barrio. Es una apuesta segura para comer muy pero que muy bien.
Ubicación:
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