Hace poco hicimos una escapada a Sevilla con un único objetivo: disfrutar de las tapas.
Fuimos un par de fines de semana antes de Semana Santa, hacía un día espectacular y nos recomendaron ir al barrio de Triana. Nada mas cruzar el puente ya vas viendo sitios que tienen una pinta espectacular. Pero es mejor no pararse e ir directamente a Las Golondrinas para empezar bien el día. Por ahroam tienen dos «sucursales». Si me dejan monto yo la tercera en Madrid. Nosotros al que fuimos es al de la calle Atillano Campos, 26.


El sitio merece el sólo la visita a Sevilla. Está en una callejuela poco transitada, asi que si pillas un poyete de los de fuera, has triunfado. Pero de todas maneras es obligatorio entrar dentro para ver la cerámica del bar. Además, tienes una buena barra y, hombre si consigues hacerte fuerte en la ventana que hay al entrar a la izquierda, triunfas por varias razones: te puedes apoyar, tienes el baño cerca y la más importante ves todas las raciones que salen de la cocina y eso, para un par de guiris como nosotros, es fundamental.
Y una vez situados, lo primero es calzarse una caña bien fria y… a comer y beber, comer y beber, pim-pam pim-pam. El buen rato que pasamos allí aquello era un no parar de actividad. Los camareros volaban llevando bandejas para la planta de arriba donde tienen las mesas grandes. La escalera es estrecha y ya quisiera ver yo si los del Circo del Sol se las apañan tan bien.
Yendo a la comida. Yo recomiendo empezar con unas tapas de verduras. Tienes unos rábanos que estan bien frescos, la zanahoria a la andaluza con su ajo y su perejil y sobre todo los champiñones que te los ponen con un poquillo de alioli. Estos eran uno de los platos más pedidos.

Otra de las tapas estrella era el la tapa de queso. Va perfecta. Son tres trozos de queso curado cada uno diferente. Con tus picos. Después había dos tapas de carne que no paraban marchar. Una era la punta de solomillo y los pinchos. Nosotros probamos el solomillo y estaba realmente bueno. Vamos que es obligado pedírselo. Por último lo que tampoco dejaban de meter a la plancha eran los chipirones. Buena pinta que tenían pero… no los catamos! Por cambiar de sitio y conocer también la taberna Miami. Si bien la comida en esta taberna no nos gustó tanto… sólo por ver al camarero como canta los platos y cabrea al resto de compañeros hay que ir si o si.

El sitio nos lo recomendaron en el Hotel Alminar. La verdad que es la segunda vez que hemos ido a este hotel y cada vez me gusta más. Está perfectamente localizado a escasos metros de la catedral en una calle estrecha y peatonal. Por lo que el descanso está asegurado. Si vais, yo recomiendo que digáis que preferís las habitaciones del edificio anexo al hotel. Son más baratas y están perfectas. Si ya están cogidas, las habitaciones de la última planta también están bien. Amplias y con vistas a la Giralda nada más abrir la puerta. Aunque son más caras.
Pues lo dicho, que este sitio es de los que más me ha gustado en Sevilla. @borjaeugui, tenemos pendiente para otras entradas hablar del Eslava, El Peregil, La Estrella… etcétera.