Muy buenas de nuevo. Hoy os traemos una reseña muy breve de lo que ha sido nuestro primer contacto con el restaurante Homemade (Claudio Coello 63). Llevábamos tiempo con un montón de ganas de ir porque es de esos sitios que desde fuera ya se ve que han puesto con mucho gusto y si asumes que a la carta le han dado el mismo cariño, pues te entran ganas de entrar sin más miramientos. Y así fue. El otro día pasamos por la puerta y cuando vimos que había hueco en sus sillones de la entrada, nos decidimos. No pasamos al comedor más grande porque la verdad es que las mesas bajas son realmente cómodas para picotear algo, que era nuestra intención. Nos atendieron genial. Servicio muy amable, atento y de los que te dan ganas de volver al día siguiente.
Tras una buena cerveza acompañada de unas patatas fritas estupendas, empezamos con un tartar de lubina sobre lima que es de la carta de snacks. Un aperitivo estupendo. El tartar está muy sabroso, muy buen toque de lima, y una presentación cuidada.
A la vez, nos trajeron la ensaladilla de lubina, que es un plato de la carta del restaurante. Sinceramente, me encantó. Ensaladilla sabrosa con la patata machacada y la cebolla bien fina y picada. Como la lubina. La verdad es que creo que me gustan más las ensaladillas en las que viene todo bien mezclado. Y el toque de las huevas queda estupendo no sólo en la presentación sino también al gusto. Cuando visites este restaurante no dejes de probarla.
Y pasamos a un plato de pescado, bocaditos de rape con alioli de lima. También muy buenos. Rebozado suave y el rape jugoso y con un sabor genial. Y el alioli de lima suave y fresco que le va como anillo al dedo.
Y por último, a probar su steak tartare. Muy bueno. Un steak tartare clásico en el que podéis ver que son generosos con el cebollino picado. Lo importante, que es la carne, de primera calidad y bien cortada. Y el aliño suave y con su toque de pepinillo.
Íbamos con el enano y ya se estaba acercando su hora de comida así que nos fuimos sin probar ningún postre. Así que otra razón más para volver. Nos tomamos yo un café sólo y Carol un café bombóm de lujo, y a correr.
Conclusión: Un sitio estupendo porque tanto la decoración como la comida están cuidadas al detalle. Además de la sala principal, la mesitas de la entrada están genial para picar algo. Muy cómodas y muy bien atendidas. De los que probamos destacar la ensaladilla rusa de lubina y el steak tartare. Ambos nos parecieron platazos. Es de esos sitios que sales con ganas de volver pronto.
Precio: 35€ por persona. Con cervezas, vino por copas y cafés.
Ubicación: