Bueno pues seguimos con la isla de Tenerife, pero en este caso os traemos un restaurante de La Laguna.
Ya veréis que el restaurante es la leche pero antes dejadme que os diga que si tenéis la suerte de ir a Tenerife, visitar La Laguna es algo obligatorio. Su centro histórico es una maravilla y, lo que a nosotros más nos interesa, su oferta gastronómica es estupenda. En nuestra última visita volvimos al restaurante Malela. Nos encantá. Fuimos por primera vez hará un par de años y ya nos prometimos que siempre que visitásemos La Laguna, iríamos a comer, cenar o lo que se terciase. Es un restaurante coqueto, con apenas 6 o 7 mesas, una decoración genial y una comida de las que no olvidas.
El nombre del restaurante, Malela, es en honor a la abuela de la dueña. Dejó un buen legado documentado de recetas y algunas de ellas las puedes disfrutar en Malela. En la pared principal encontramos una foto suya de cuando tenía 24 años.
Empezamos con una buena Dorada y un aperitivo de queso con aceite muy adictivo. Lo devoramos mientras leíamos la carta, en la que tienes muy buena variedad. Mezclando recetas de comida casera con platos cuya preparación es más sofisticada. Y ya desde el primer vistazo, sus precios económicos te llaman la atención. Tras ver la calidad de los platos y las cantidades, nos parecen que están realmente ajustados. Pero bueno, mejor os contamos lo que comimos y lo que pagamos para que lo valoréis por vosotros mismos.
Continuamos con varios entrantes a compartir entre 5. Primero un hummus estupendo. Sabroso, con aceite potente y un pan de pita también muy bueno.
Otro de los entrantes fueron una lentejas estofadas. Buenísimas. Da gusto pedirse estos platos a compartir. Muy buen sabor y acompañadas de picatostes y huevo duro.
Y como último entrante, el pan relleno. Un bollo de pan que es a su vez cuenco de una especie de vichyssoisse templada buenísima. Este es uno de los platos que llevan preparando de toda la vida y que os recomendamos que no dejéis escapar.
Pasamos ya a los principales para que veáis que espectáculo. Nos parecieron platos muy trabajados y realmente bien preparados. Abundantes de cantidad, pero tan buenos que acabas no dejando nada en el plato. El primero es un bacalao con tomate que era cosa fina. Un timbal de láminas de bacalao y tomate.
El siguiente es un estofado de carne. Especial para un día frío. Para nada un guisazo pesado. Sabor suave y salsa trabada. Buen plato pero la verdad es que nos gustaron más el resto de principales.
Y como último entrante, el solomillo de ternera con salsa de manzana confitada y mostaza y con unos dados de bacon. Para mí, este fue el platazo de la comida. El solomillo estaba espectacular pero es que el acompañamiento es una delicia. Original, sabroso y te hace acabar totalmente satisfecho. Ah! Y con unas patatas fritas también estupendas.
Como podéis ver, la comida estaba siendo estupenda y además, porque la acompañamos con vinitos blancos de la zona. Pero todavía nos faltaban los postres. Empezamos por una tarta de chocolate buenísima y unas natillas de esas que te devuelven a la niñez. Casero al 100% y sobre todo muy muy buenos.
Y una pena que después tuviese que coger el coche y no pudiésemos echar una sobremesa como Dios manda. La vez anterior, hacíamos noche en La Laguna y pedimos ron miel. Nos trajeron cuatro vasos fríos y dejaron la botella en la mesa. Para acabar la comida con tranquilidad y disfrutando, que es de lo que se trata.
Precio: Fuimos 5 y pagamos 110€. No bebimos mucho pero la verdad es que la relación calidad precio me parece sencillamente inmejorable.
Conclusión: Para nosotros, una visita obligada cada vez que visitamos La Laguna. La relación calidad precio es estupenda pero sobre todo es que disfrutas de una comida genial en un entorno muy muy cuidado. Los platos que más nos gustaron fueron el pan relleno, las lentejas, el bacalao con tomate y el solomillo con mostaza y manzana confitada. Y tanto las natillas como la tarta de chocolate son muy buena opción si te animas con los postres.
Ubicación: