Cenar en uno de los pocos dos-estrellas Michelin es todo un evento. Llevaba mucho tiempo queriendo ir a cenar a la Terraza del Casino y la ocasión se presentó de sorpresa, nos invitaron para la celebración de un feliz cumpleaños, por lo que la ocasión fue inmejorable, porque no hay nada mejor que disfrutar de la comida que celebra algo.
La Terraza está situada en la última planta del Casino de Madrid, un edificio situado en una de las partes más bonitas de Madrid y que ya por sí solo es un monumento en toda regla. Por desgracia todavía el tiempo por la noche no era lo suficientemente cálido como para permitir cenar en la propia terraza, ya que en esa zona corren vientos que refrescan mucho. La cena fue 100% agradable, aunque de haber podido cenar en la terraza con sus maravillosas vistas, hubiera sido una cena 200%. Mencionaré que el chef responsable del restaurante es Paco Roncero, apadrinado por el propio Ferrán Adriá.
Como no puede ser de otra manera la primera vez que vas a un sitio de estos, pedimos el menú degustación. Os voy a poner lo primero una foto del menú completo, para que lo podáis seguir entero.
Empezamos la velada con un daiquiri frozen, que inicialmente asusta, porque la espuma la ponen caliente. Es lo mejor esperar a que el frío domine la copa entera, y luego tomarlo de golpe. Para los vinos nos dejamos aconsejar por la somelier, que nos recomendó empezar con un blanco de Rueda.
Con los snacks abrimos el apetito, si bien en algún caso desearías poder repetir. La mantequilla en aceite es quizá el más divertido, pues requiere interacción; viene dentro de un mini-tubo como de pasta dentífrica que aplicas sobre el crujiente que te dan para ello. La aceituna crocant da el aspecto de irte a comer una madera podrida, pero es sabor es delicioso. La crepe pekin sabe a pato laqueado, y realmente me dio ganas de pedir más. El resto de entrantes todos muy buenos, pero sin demasiado a destacar. Quizá sí me pareció un poco pobre el lazo de remolacha, que no parece a la altura.
Entramos ahora con lo fuerte, los tapiplatos, que son los platos principales, aunque vienen en tamaño tapita para compensar que sean tantos. Estos sí tienen un tamaño muy agradecido. Suficiente para saborearlo con recorrido, pero sin exceso para poder llegar con hambre al final del menú. Lo mejor de ellos fue la Brioche Shangai, una mini deliciosa y jugosa hamburguesita de brioche rellena de buey de mar con un poco de cilantro. El sabor es sublime!! La tarta de anguila es estupenda sin duda. La combinación de sabores de la anguila con los tomatitos cherry espectacular. Otro plato brutal es el risotto con bacalao. Es tan saboroso el arroz y tan jugoso el bacalao que probablemente se merezca un plato completo esto solo.
Durante la degustación de los segundos cambiamos de vino a un tinto Ribera del Duero (Alonso del Yerro 2008), que resultó estupendo. Por último destacaré lo segundo que más me gustó de este grupo: el San Pedro con texturas de limón. El San Pedro es un pez abisal de carne sabrosa y durita, no muy distinto al rape. Va acompañado de varias salsitas con aroma de limón que le van a la perfección. No pude evitar rebañar mi plato y tomar la mitad del de Carmen. No me encantó de este grupo ni al almeja con fabes ni el foie, pero quizá por gustos propios, ya que la almeja era muy grande para estar tan poco hecha y el foie gras cocinado me empalaga demasiado.
Tras esto vino el pre postre, que es uno de los eventos más esperados de la cena. Cogen un cuenco lleno de zumo de hibisco y al añadirle nitrógeno líquido a -196ºC crean un sorbete de manera casi instantánea. Se sirve con unas deliciosas moras.
De postre te dan dos creaciones, pero la segunda (el ravioli) queda totalmente eclipsada por la primera, que es incluso en global uno de los mejores platos de la velada: Madrid en un plato. Tiene violeta, falso madroño, fresa de Aranjuez, barquillo, y espuma de anís de Chinchón. Esta espuma le da un sabor fuerte pero realzador. Lo mejor, creo es ir combinando sabores de este plato variado en diferentes combinaciones, y ver que hagas lo que hagas está estupendo. El barquillo aporta su textura crujiente, que me encantó.
Terminaremos el menú con los petit fours, que el chef renombra como Pequeñas Locuras. El filipino de vainilla exquisito, pero la moneda de chocolate y kikos es una experiencia senorial enorme, gracias a su combinación atrevida de sabores.
Por último añadimos al menú un café estupendo, para después irnos a Luzi Bombón a cerrar una noche magnífica.
Web: http://www.casinodemadrid.es/sp/gastronomia/rest_terraza/index.htm
Precio: menú 135€ + IVA + bebida
NOTA: Este viernes vamos Gallego y yo a conocer el Portal de Echaurren, restaurante con estrella michelin de Francis Paniego, galardonado hace pocos días con el Premio Chef Millesime. Os contaremos!
grande grande grande Borja. Madre mía que envidia de cena y que envidia de memoria. Neng no sabia si este sitio merecía tanto la pena pero, después de lo leído, habrá que ir si o si.
¿Pero puedes ir por tu cuenta? yo he cenado bastantes veces que me invitaba mi abuelo que era socio, pero pensaba que sin ir con un socio no podías… ¿es así?
No, yo creo que para la terraza no hay que ser socio (desde luego ninguno de los que fuimos éramos). Igual es así para algún otro restaurante privado del club.