Hace un par de meses, aprovechando una visita de negocios a Londres nos atrevimos a probar el Hakkasan, uno de los restaurantes chinos que más tendencia ha marcado esta década tanto en Londres como en todo el mundo. El sitio es creación del famoso Alan Yau, un chef empresario que tiene un emporio montado en Londres y que alcanza ya medio mundo. Ya os hablé un poco de él en junio cuando fui al Yauatcha.
Pues el Hakkasan es su buque estrella, con el que empezó todo en 2001, y fue su primera estrella Michelín (tiene otra por Yauatcha) y con el que ha conseguido estar muchos años en el Top 50 mundial. Nosotros estuvimos en el original de Londres, en Hanway Place, un callejoncillo con un fondo de saco en el que los coches las pasan canutas para entrar. Actualmente tiene hay otro Hakkasan en Londres y otros en Bombay, Miami, San Francisco, NY, Las Vegas, Abu Dabhi, Dubai y Doha. Es decir, where the money is. En Madrid, por cierto, había un Hakkasan en La Moraleja hasta hace poco, pero no estaba montado por Alan Yau, sino por María Li Bau del China Crown, aunque con permiso del chef honkonés.

Los sitios de Alan Yau se caracterizan, entre otras cosas, por un diseño espectacular, una cocina moderna y una buena carta de cócteles que anime la noche. Cuando llegas a Hakkasan, en ese callejón y bajas las escaleras, parece que estés entrando en un fumadero clandestino de opio, y cuando llegas a la sala principal, la sensación es justo esa mezclada con ese estilo cool de Londres que te deja encantado. Como veis el ambiente es súper oscuro con pequeñas lámparas colgantes sobre las mesas que iluminan lo justo. El comedor está dividido en muchas pequeñas estancias mediante pantallas de filigrana de madera, que manteniendo la sensación de amplitud, permite meter a mucha gente en menos espacio sin restar intimidad. Tras el comer está la barra, donde al llegar nos tomamos un cóctel mientras esperábamos nuestra mesa.

Para comer tienes menú de mediodía desde 30 libras, más otros de 40 y 45 para la noche, aunque nosotros pedimos a la carta. En el otro extremo tienes una serie de platos especiales del chef que son famosos, pero necesitas mucho valor para pedir, por el precio. Uno de los platos estrella es el pato de Pekín con caviar Beluga, que sale a 235 libras por pato. Entiendo yo que da para que coman al menos 4 personas. De este estilo hay más si os sentís despegados de vuestra fortuna.
Para beber pedimos una botella de Planeta Santa Cecilia 2008, un vino siciliano muy bueno de uva Nero d’Avola. Salió a cerca de 60€ la botella, pero es que en Londres a nada que pides algo medio palatable los precios se van de madre.
Empezamos la comida con un plato de dim sum variado. Vienen ocho, dos de cada tipo: shumai de vieira, har gau, dumpling de cebollino chino y dumpling de shimeji (un hongo asiático). Estaban todos tremendamente buenos, quizá el de vieira y el de hongos los mejores. La verdad es que se te quedan ganas de pedir más.

Tras los dimsum unos rollitos de primavera, para que no se diga que no estamos en un chino. Sin dejar de ser unos rollitos de primeavera, pero estaban muy muy buenos.

Después, una ensalada de pollo crujiente. Creo que lo que más me gustó. Tenía también un punto picantito súper súper rico.

Para terminar los entrantes, unas setas salteadas con castañas acuáticas. Esto también estaba riquísimo, la verdad. Las castañas me encantaron, crujientes!

Luego de segundo pedimos un poco de arroz salteado, cerdo agridulce con granada, y lubina chilena salteada con apio chino. El cerdo la verdad es que es el mejor que he comido nunca, mucho más tierno a la vez que crujiente por fuera de lo normal, aunque reconozco que no es mi plato favorito. La lubina sí estaba impresionante, de sabor y de textura. Llevaba también una especie de setas muy ricas.

with pomegranate

Siento mucho la calidad de las fotos, pero es que el móvil da para lo que da, y la iluminación del lugar es muy escasa. De postre no pedimos nada, porque como veis éramos tres y pedimos un montón de comida. El servicio hay que decir que no es muy bueno. En general son chicas muy peripuestas y arregladas, pero te sirven con el mismo encanto que en un chino de barrio, ya que traen los platos sin mucho orden ni concierto y entre los primeros y los segundos estuvimos esperando fácil 30 minutos.
En resumen, Hakkasan es un sitio espectacular y muy divertido, para ir de cena de negocios o en grupo. La verdad es que aunque se come muy muy bien, no sé si merece la estrella Michelín, comparando con muchos sitios en España que no la tienen, y el precio es, aún para Londres, muy elevado.
Web y twitter: hakkasan.com – @Hakkasan
Precio: 110€
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Aprovechando este artículo os hago unos breves comentarios sobre otros dos sitios londinenses bajo la dirección o creados por Alan Yau, que sumados a los del artículo de junio son ya unos cuantos.
Wagamama
Si habéis ido a Londres supongo que habréis visto unos cuantos, ya que actualmente se ha convertido en una franquicia muy extendida. Es un restaurante japonés informal, especializado en noodles, curry y ramen.


El servicio es muy rápido y práctico. Es muy habitual ver gente comiendo sola aunque las mesas corridas permiten comer en parejas o grupos grandes. La cocina es vista y el ambiente movidito y animado. Yo me pedí para beber una cerveza Asahi de 500ml y para comer unas gyozas de pato y un Wagamama ramen. Las gyozas estaban ricas, un poquito secas, pero sabrosas.

El ramen por otro lado me encantó. Soy un empedernido de las sopas y los fideos y este plato era descomunal! Y como podéis ver llevaba de todo. El ramen, si no lo conocéis es un plato de sopa (con carne o pescado) de fideos japoneses de trigo, y otros ingredientes añadidos. Este ramen en concreto llevaba caldo de miso, genjibre y pollo con pollo braseado, cerdo a la parrilla, gambas, mejillones, huevo al té, algas y otras verduras. Una auténtica explosión de sabor, dominada sobre todo por el sabor a mar, y me encanta lo de ir combinando carne, una gamba, un poco de fideos, un sorbito de caldo… Muy entretenido.
Web: wagamama.com
Precio: 20€
Cha Cha Moon
Cha Cha Moon es parecido al Wagamama en cuanto a que está especializado en noodles y va de mesas corridas y servicio informal, aunque tiene una variedad de platos mayor y en general más calidad. Está situado cerca de Carnaby Street y las dos veces que he ido he salido contento.

Ambas veces que he ido tomé un Cha Cha Moon platter, que es un plato variado por 17 libras que tiene todo tipo de dimsum y similares. Para comer uno es sobrado, pero es casi mejor pedirlo para compartir y pedir luego un arroz o unos noodles, ya sea en sopa, wok o lao mian.

Recomiendo además probar los cócteles y los mócteles y zumos, tienen muchos y todos muy buenos, sin ser caros. De postre no hay mucho: un par de helados y otros dos postres de fruta con buena pinta, por 5 libras.
Web: chachamoon.com
Precio: 25-30€