Álbora es de los sitios que hacen que la zona de Jorge Juan esté siempre tan animada. El cambio de Sula a Álbora ha sido reciente pero creo que debido a la buena fama de los nuevos «comandantes», Jorge Dávila, premio milésime 2012 al mejor jefe de sala y ex de Piñera, y José María Marrón, anteriormente en Balzac donde me sirvió la mejor perdiz que he probado, ya hay bastante artículos sobre el sitio en los que destacan todas sus virtudes. Entre ellos está el artículo de Carlos Maribona en ABC en el que podéis encontrar una amplia descripción del local y de la carta. Respecto al local anterior de Sula han mantenido la línea de decoración pero han hecho diáfana la planta de abajo y le van a sacar mucho más provecho.
A noviembre de 2012 hemos tenido la suerte de ir dos veces, una al restaurante y otra a la barra, y a continuación os contamos ambas experiencias. Empezando por la más reciente.
Segunda visita – Noviembre 2012 – En la barra
Tras la primera visita al restaurante, que podéis ver más abajo, esta vez nos quedamos en la barra. Y os cuento brevemente.
Empezamos con unos tomates con ventresca realmente buenos. Cuando la materia prima es buena no hace falta hacer nada más. Sólo hay que presentarla tan bien como esta.
También probamos las brochetas de presa ibérica. Muy buenas y con una espuma de patata y un tomate cherry que le dan su buen toque.
Y terminamos con media de chipirones encebollados. Realmente espectaculares. Chipirones tiernos y muy jugosos con el sofrito del encebollado. Una delicia.
De postre, la torrija con helado. Repetimos después de nuestra primera visita. Deliciosa. Con esto y una copilla pasamos un muy buen rato. La gente de la barra muy maja y muy atentos. Al igual que Jorge Davila. Siempre muy pendiente y asegurándose que la gente se vaya satisfecha.
Conclusión, una barra a la que acudiremos bastantes veces. Ya no sólo por la comida y la atención del servicio que es excelente si no también porque el local es amplio y se está realmente a gusto.
Primera visita – Octubre 2012- En restaurante
Pero dejemos la vaina y vayamos al grano. Empezamos la cena con una cerveza que vino acompañada de una aperitivo de la casa muy bueno. Un gazpacho con sandia y con huevas de salmón.
Para cenar nos decantamos por compartir tres platos, yo quería cuatro pero José María muy sabiamente me paró los pies. Empezamos con la ensalada con txangurro, láminas de bacalao y brotes de lechuga. Nos trajeron el plato de la siguiente foto. Es un tottus revolutum total. Por capas tenemos una primera de patata, después la lechuga, después txangurro, lo blanco es el bacalao y arriba pues los brotes de lechuga. Y la base tampoco venía despoblada con tomates y crema. Estaba todo buenísimo pero me resulto que había demasiadas cosas en muy poco espacio. Pero vamos que ya lo avisaban en la carta.

De ahí pasamos a un arroz caldoso con pulpo y moluscos. Aquí la cosa si que estaba más clara y los sabores muy suaves pero deliciosos. Las finas láminas de pulpo son una delicia.

El siguiente plato, pues es el que hay que pedir si o si al visitar este sitio. Las kokotxas de bacalao al pil-pil con mejillones. El día de antes había visto una foto en twitter hecha por Ignacio Medina y fue por lo que reservé mesa para el día siguiente. Os mi foto pero de verdad que no hace justicia al plato. La hice de lejos y se aprecín poco el buen tamaño de las kokotxas y los mejillones.

Después de las kokotxas, creíamos que las sorpresas habían acabado pero estábamos muy equivocados. Mientras deciciamos el postre, nos pusieron también un «aperitivo de postre». Un chupito de sorbete muy bueno y que se agradece.
De postre pedimos la torrija con helado y la verdad que lo recomiendo casi con la misma intensidad que las kokotxas. Muy buenas y con una copa en la mano habrían estado mejor.
Conclusión, merece la pena sólo por las kokotxas pero es mucho más. Materia prima buena y excelente preparación. Generosos con aperitivos y servicio muy atento y amable.
Recomendable, para ir de cañas, vinos o copas con los amigos a la barra de abajo. O para una cena más homenaje con amigos en los salones de arriba. Si es en el reservado mejor.