Desde que abrieron La Gabinoteca, allá por principios de 2009, no creo que hayan cerrado una noche de fin de semana sin haberle dado dos vueltas a las mesas. Siempre está hasta arriba y eso es muy buena señal.
El restaurante está en la plazoleta que hace esquina entre Bretón de los Herreros y Fernández de la Hoz. Así que está muy bien situado para empezar la noche con una cena muy buena, tomarte incluso la primera copa allí, y después continuar por la zona de José Abascal. Y como podéis ver aquí las valoraciones son muy buenas. Y de gente que sabe. Como @LazyBlog.
El local está muy bien decorado. Ambiente desenfadado con mobiliario original. Muy chulo. Aunque a veces no es el más cómodo. Por ejemplo hay un par de pupitres o de sofás que son un poco bajos. En la web podéis ver la pintaza que tiene el sitio. Eso sí, es importante tener en cuenta que no hacen reservas para cenas. Así que o estas a primera hora o mejor que vayas con ración doble de paciencia. Puedes esperar tomando algo en la barra, pero la última vez que fuimos también estaba hasta arriba así que nos fuimos al bar de al lado a tomar algo. Porque teníamos unos 45 minutos de espera por delante. Desconozco las razones por las que no reservan pero la verdad es que iría más veces si tuviese la certeza de a qué hora voy a cenar.
Pero bueno dejémonos de quejas y vamos a lo importante. El sitio tiene tanta afluencia porque realmente está genial. La relación precio es muy muy buena. Desde que comienzas a leer la carta ya te vas dando cuenta que vas a pasar un buen rato. Los platos son muy originales y están realmente buenos. Lo estándar es pedir uno de cada sección (empezar, continuar y terminar) y la verdad es que uno de cada la cantidad es adecuada.
De los entrantes que hemos probado, el que sin duda más me ha gustado ha sido la tortilla con brandada de bacalao. Realmente bueno. Un clásico que no lo cambian y que algún amiguete que lleve expresamente me sigue recordando. En nuestra última visita pedimos las alitas de pollo infiltradas. Muy buenas, y con el detalle de que las deshuesan y las infiltran con yo que sé qué, pero que está buenísimo.

También pedimos el foie servido como crema catalana. Muy bueno pero nos gustó menos. El foie está suave pero lo recubren con piña y no me convenció mucho. Pero eso sí, merece la pena probarlo porque cómo os decía es muy original y no vais a probar nada parecido.

De ahí pasamos a los platos intermedios. En esta ocasión probamos El Potito (huevo, patata y trufa) y la GabinoPizza. Me gustó más la segunda que el potito. Una pequeña pizza con jamón de pato, rúcula y algo de trufa blanca que está realmente buena.
Para los principales sí que repetimos la hamburguesa de rape. Y es que sigue estando buenísima. También probamos el perrito con pedigrí. Bueno y original pero me quedo con la hamburguesa de rape.


Esta vez no pedimos postre pero vamos que tomarse una copa es casi una obligación. Como podéis ver, el bar está bien bien servido. Hasta en la carta de vinos son originales y es en formato quiz para que te sea más fácil decidir. Eso sí, si en alguna respuestavas de sobrado ydices, por ejemplo, que te gusta el golf… la botella que te toca vale 6€ más que el resto.

Conclusión, un sitio al que hay que ir a cenar al menos una vez. Por lo espectacular del local y de la relación calidad precio. Un día que o bien quieras cenar temprano o que vayas sin prisa ninguna. Obligadísimo pedir la tortilla con brandada de bacalao y la hamburguesa de rape.
Recomendable, sobre todo para cenas en pareja o con grupo reducido de amigos antes de salir. Por unos 25€ cenas de maravilla. Copas a parte. La carta se renueva con cierta frecuencia así que se puede ir a menudo sin problemas. Ya verán como una vez que vayan, repetirán.