Bueno bueno bueno! Pero que alegría me he llevado al visitar el restaurante Slow en el barrio de Montecarmelo. Y es que Slow se desmarca del resto de la oferta en el barrio, con una cocina basada en el producto de mercado preparado al momento y cuidando la presentación.
La verdad es que lo que hemos probado nos ha sorprendido muy gratamente. La carta es muy variada y con un diseño chulo. Las primeras hojas son de tapas y después vienen platos más elaborados. Respecto a las tapas, puedes pedir una degustación de 3, 6, 9 ó 12 tapas o pedirlas de forma indivual. Si es degustación cada tapa sale a unos 3€ y si las pides individuales son más caras pero también traen más cantidad. Nosotros estamos pidiendo un degustación de 3 tapas y uno de sus platos principales para cenar y la verdad es que está bien de cantidad.
Empezamos con un ejemplo de tres tapas. El primero es el pulpo braseado sobre puré de patatas. Realmente bueno. Sabroso y con unos toppings de almendras que quedan genial. Los tallarines de calabacines son otra de las tapas que os recomendamos. Son tiras de calabacín muy bien preparadas y presentadas. Con pesto y piñones en abundancia. Y en el centro, las croquetas. Las puedes pedir de jamón o de boletus. Nosotros pedimos de jamón y la verdad es que están buenas pero si visitáis el restaurante Slow consideramos que hay otros platos que deberías probar antes que las croquetas.

Otra tapa curiosa es el queso frito sobre puré de calabaza y membrillo. Al puré de calabaza le daría un poquito más de intensidad. Pero vamos que el queso frito es el protagonista de esta tapa y la verdad es que lo dejan en su punto.

Y una de las mejores sorpresas que nos hemos llevado ha sido el risotto verde. Buenísimo. De espinacas y acompañado de trigueros y una lámina de jamón tostado. Una tapa obligatoria.

Respecto al servicio, los camareros son muy agradables. Son atentos, rápidos e incluso si les haces alguna coña, tienen respuesta y dan juego. La primera vez que fuimos, el camarero que nos atendió nos dijo que en nuestra próxima visita, teníamos que pedir los calamares verdes fritos. Que eran de sus platos favoritos. Le hicimos caso y, desde entonces, siempre que vamos los pedimos. Calamares rebozados y encebollados. Muy muy buenos. Ésta sí que es de las tapas que tenéis que probar.

Otras tapas que hemos probado son la cazuelita con pisto, huevo y jamón que está muy buena y es generosa en cantidad. Y también otra de morcilla que nos ha convencido menos.
Y pasando a los platos principales, pues comenzamos con un tartar de atún rojo que está estupendo. Fresco y con sabor. Muy bien preparado y con un acompañamiento que le da un toque suave pero sin matar el sabor del atún.

Si te apatece más algo de carne ligera, a veces tienen fuera de carta un carpaccio de ternera muy recomendable. Aderezo potente y bien de queso. Es poca cantidad así que lo podéis tomar casi que como una tapa. No dudéis en pediros algún principal más, como el tataki que viene a continuación.

El tataki de atún es otro de los platos que merecen mucho la pena. El atún que utilizan es bueno y sabroso. Tanto el tartar como el tataki, lo bordan. Si tengo que elegir entre ambos me quedaría con el tataki por ese toque de plancha que lo deja tan bueno.

Para finalizar os presentamos dos platos más contundentes. El primero es la carrillera al vino tinto acompañada de puré de patatas. Soy un amante de la carrillera. Me encanta su textura gelatinosa y su sabor. Y la verdad que la que probamos se perdía un poco en el guiso de vino. Es muy buen plato y por supuesto que está bueno, pero creo que rebajaría un poco el acompañamiento y daría más importancia a la carrillera.

Y por último, el plato que más nos ha gustado. Las mollejas con boletus y su torrezno. Un platazo que nos ha encantado. Mollejas perfectamente limpias y de sabor definido pero suave. En un guiso con los boletus que hace que sea toda una delicia. No te cansas de alternar entre molleja y boletus. Y además, con un torrezno encima de esos que sabes que lapidan los esfuerzos realizados en dos o tres días de deporte. Pero que una vez que lo pruebas, te das cuenta que merece la pena comérselo si o si.

El apartado de los postres lo dejamos pendiente para próximas actualizaciones. Con lo que solemos pedir nos vamos siempre satisfechos. En la siguiente visita intentaremos hacer un «esfuerzo».
Conclusión: Una alegría. Un sitio que da un pasito adelante y ofrece una comida más elaborada y con mejor producto que la mayoría de los sitios del barrio de Montecarmelo. Resumiendo las recos que os hemos hecho, en una primera visita yendo en pareja pediría: Una degustación de tres tapas (ellos lo llaman quarter) con calamares verdes fritos, pulpo braseado y risotto verde. Y unas mollejas. Si preferís algo más light, me iría a un tataki de atún. Si vais con hambre y pedís el tataki a lo mejor os parece poco. Así que probad alguno de los postres y nos contáis que tal.
Precio: 15€ por persona
Ubicación:
No he estado aún, pero solo la página me ha hecho salivar………mañana voy para Madrid, en esta semana voy a probar vuestra carta seguro!!!!!!!!!!!!! suerte………