El Mesón de Doña Filo es un sitiazo altamente recomendable. Está a unos 40 kms de Madrid pero el paseo te lo va a agradecer tu cuerpo con creces. La verdad es que le tengo que dar las gracias a mi amigo Victor que me lo diese a conocer y me llevase de la mano junto con otro compañero y nuestras familias.
El local es pequeño, muy acogedor y cómodo. Muy luminoso y con decoración clásica. Es la apuesta más tradicional de Julio Reoyo que también gestiona otros restaurantes como Villena en Segovia, también con estrella Michelín, La Casa Verde en Torrelodones o El Original en Chueca.

Pues yendo al grano, nada mas sentarnos con la cerveza nos sacaron unas aceitunas artesanales realmente buenas (arbequina, morada y camporeal).

El primer aperitivo fue una espuma de queso con langostino y crujiente de jamón. Muy buen comienzo.

Después pasamos a unas pochas con carpaccio de pulpo y aceite de chorizo. Suaves y reconfortantes. Estaba muy bueno pero creo que mejorarían si las presentan en un cuenco más pequeño para que mantenga mejor el calor.
El siguiente entrante fue de lo mejor de la comida. Las lentejas con lengua de cerdo. Espectaculares de sabor y una presentación genial!! Las minicazuelas metálicas son todo un acierto. La verdad es que visten muchísimo y para platos de cuchara son perfectas.
Bueno la verdad que el siguiente plato también iba en la línea magistral de las lentejas anteriores. El taco de bacalao con hamburguesa de ibérico y salsa de callos era para quitarse el sombrero. La hamburguesa de ibéricos mezclada con la salsa de callos es puro sabor. Y como acompañamiento del taco de bacalao pues les queda un plato completísimo y que te da ganas de decir que te saquen otra ración. Supongo que las estrellas y soles viene por cosas como esta!
La verdad es que en este sitio se está muy a gusto y además del menú degustación pedimos un par de raciones de callos para acompañar. Me sorprendieron mucho porque son diferentes al guiso de callos más tradicional. Va muy especiado e incluso me atrevería a decir que lleva algo de clavo. Merece muchísimo la pena probarlos por bueno y por diferentes.
Y siguiendo con el menú, pues ya sólo nos faltaba la carne. Nos sacaron un carré de cordero asado con cherry, también asado, y crema de pimiento de padrón. Sabor contundente y bueno pero no me pareció tan espectacular como los anteriores. Eso sí, la crema de pimiendo de padrón original y buena. Viendo lo bien que se maneja con los guisos, seguro que en este sitio platos como la carrillera los bordan.
Y el menú degustación, por si fuera poco, también incluía quesos. Los que probamos fueron Camporeal, Montenebro y crema de parmesano. Todos acompañados de miel o mermelada. Muy bueno y me parece genial que lo incluyan en el menú degustación.
Y de postre, unas perrunillas «desmigás» con helado de aguardiente. Y de aguardiente de verdad. Potente que te quita arregla el cuerpo en un momento. Y el plato pues muy bien presentado.
Conclusión, un menú completísimo, exquisito y con una relación calidad precio excepcional. Al nivel del restaurante Lieu. Que la distancia no os suponga un impedimento porque si eres aficionado a la gastronomía vas a valorarlo de verdad. Un sitiazo.
Recomendable, para ir en grupo de 6 ó 7 personas tanto con amigos o en familia a disfrutar de una buena comida.