Pepa, sin qüenco


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Hace unos días estuve cenando en Pepa, el nuevo restaurante de Pepa Muñoz, que hasta ahora conocíamos por su restaurante El Qüenco de Pepa, en la cercana Henri Dunant. Pepa creó su propio Qüenco hace años, escindiéndose del original de su madre (El Qüenco, Alberto Alcocer). Otros hermanos Muñoz han hechos sus propios pinitos (Menta y Canela de Aurora y su marido; Por fin de Pepe) y los que no, han pasado todos por la cocina del Qüenco. Pepa es un restaurante en la tranquila calle de Juan Ramón Jiménez, zona que esconde muchos otros restaurantes de calidad. El local es amplio y moderno, con una terraza aceptable. Nosotros fuimos una noche calurosa por lo que optamos mejor por una mesa alta del interior.

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Interior del local, bodega

La cocina de Pepa se caracteriza en ambos restaurantes por su buena verdura, de las huertas que tienen en Ávila y las mejores carnes y pescados, siempre compradas en origen y traidas desde Cantabria, Ávila o Galicia. En el caso del nuevo «Pepa», la estrella de la carta son sus extraordinarios tomates, de su propia huerta y utilizando semillas recuperadas de una generación a otra durante 50 años. Esto hace que los tomates sean de los de calidad, enormes, sabrosos y todo pulpa, de los que no verás en casi ninguna otra parte de España o del mundo. En la foto podéis ver unos pintones que tenían expuestos en una mesa mientras que se ponían maduros como para servirlos.

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Tomates pintones

Empezamos por un ligero aperitivo, sencillo pero excelente: una cañita bien tirada, taquitos de queso con picos y una coca suave de queso, y un platito de aceitunas, aparentemente picual,  tan bien aliñadas que repetimos del mismo tres veces.

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Aperitivo

De vino ordenamos una botella de blanco: Gran Feudo chardonnay. Un gran acierto a muy buen precio, bien frío y en cubitera.

Como primer entrante, el plato fuerte de la casa: tomate en rodajas. Creo que se aprecia en la foto que el tomate es espectacular. Todo carne y sabor y descomunal de tamaño. Nosotros pedimos una ración únicamente con flor de sal y aceite picual (11€), porque no necesita más, pero ofrecen otras raciones con cebolleta y ventresca o anchoas, o bien con burrata fresca del día, por 16-20€, según.

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Tomate con sal y aceite

El segundo entrante fue un antojo, porque para dos el tomate ya casi nos dejó listo de papeles, del tamaño que tienen las buenas raciones aquí. A mí es que me encanta pedir ensaladilla rusa, sobre todo en verano y me cuesta privarme. Pedí media ración (8€) pero ya veis que el tamaño  es sobrado. Una de las mejores que he probado, con todo el sabor del mundo, su huevo y su gamba troceada, y la proporción perfecta de mayonesa.

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Ensaladilla

Otros entrantes con buena pinta que vimos en la carta: jamón ibérico con tomate y pan de cristal, callos de Ávila, anchoa frita o croquetas caseras.

De segundos la carta se divide en verduras, concha, pescados y carne. La verdad es que hay mucho donde elegir y creo que no hay nada malo. Mi padre pidió media ración de acelgas rellenas de chipirones al ajillo. Un gran triunfo de Pepa es la de apuntarse a la nueva moda de ofrecer en casi todos sus platos tanto raciones como medias raciones, lo que permite acomodarse, al hambre, al bolsillo o a las flexibilidad. Estas acelgas estaban estupendas y el chipirón de dentro picadito y muy rico.

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Acelgas con chipirones (a la familia)

Yo tomé el atún rojo a la plancha, en su punto, con salmorejo. Qué buenísimo el atún. Tamaño generoso y perfectamente hecho. El sabor del salmorejo le da un toque interesante, aunque como viene en un recipiente aparte, no estás obligado a tomarlo si no quieres. Te ponen también soja que le va también muy bien. Yo probé incluso a mojarlo en ambas salsas, logrando un sabor interesante. Aunque yo creo que como mejor estaba era solo!

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Atún con salmorejo

Y como colofón final, un requesón con nata y miel para chuparse los dedos. El requesón nada pesado, casi como mousse. Magnífica preparación que nos encantó.

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Requesón con nata y miel

La cena la terminamos con un par de gintonics de Beefeater con tónica, preparados con el mejor esmero y en una copa de balón de calidad y con una rodaja de corteza de limón verde. Un aroma que alimentaba. Me encantó, uno de los mejores gintonics del verano.

Como resumen: Pepa lleva ya bastantes años triunfando en la mesa y en la cocina, y este nuevo local no es sino otro pequeño trampolín hacia el éxito. No me cabe duda de que se puede convertir en uno de los clásicos de la zona. Quiero resaltar el servicio, que es educado a más no poder y sabe muy bien lo que hace: chapó.

Precio: 50€ más copa

Ficha Google+ (antiguo local del Olivo)

Web: pepa.com.es

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