El otro día fuimos a conocer More (se pronuncia en español, es el nombre del dueño), una nueva apertura en el barrio de Salamanca, con cocina de la mano de Ivan Saez (Lágrimas Negras). El restaurante es más grande de lo que parece, ya que dispone de bastantes ambientes diferenciados, como varios salones privados y una especie de terracilla interior, barra, y una mini terraza. La decoración es del estilo Zara Home que se lleva demasiado ahora, pero al menos es limpia y acogedora.

Éramos seis y cenamos en el privado de la foto. Nada más llegar nos recibieron efusivamente e incluso la dueña pasó a darnos la bienvenida. Hay que decir que el servicio fue inmejorable durante toda la cena. Empezamos la velada con unas cervezas (tercio de mahou) y un gintonic en uno de los casos. De picar aparecieron dos terrinitas de foiegras, pan variado (qué bueno el de cereales) y dos tipos de aceite; yo pedí picual.

El somelier que nos atendió se llamaba Alessandro, del grupo Lavinia, que colabora con MORE para conseguir que sus clientes encuentren exactamente el vino que andaban buscando, aunque no lo supieran. Alessandro nos recomendó con los primeros tomar un blanco de Castilla y León: Cienfuegos 2011 (30€), un albariño con un toque muy interesante. Nos los sirvieron no demasiado frío y lo cierto es que resultó excelente. Como segundo aperitivo de la casa nos llegó un vasito de crema de calabaza con trufa y espuma de patata. Bastante buena, aunque tenía un sabor de fondo a alguna hierba que no me cuadró del todo.

Para picotear pedimos las Almitas de Soria, una versión característica de los torreznos manchegos de toda la vida, realmente muy limpios y muy conseguidos. Fueron devorados en seguida. También cayó la Ensaladilla More, con vestresca mezclada, lo que le daba un sabor muy intenso y buenísimo. Me pareció súper jugosa y tampoco duró nada.

Ensaladilla More
Para finalizar los primeros, nos trajeron dos raciones de burratina de la casa, que viene con albahaca, tomate y abundante lámina de trufa. La foto es de un tercio de ración, lo justo para probarla y disfrutarla, pero también para quedarte con ganas de más. A mí me chifla la burrata.
De segundos la mayoría tomamos carne, por lo que Alessandro nos trajo un tinto italiano para acompañar. En principio fuimos un poco reacios, pero al final nos conquistó porque se bebía solo. Un Barbera 2010 de G.D. Vajra de la región de Barolo, en Piamonte. Alessandro nos los preparó con todo su cariño, decantándolo y avinando las copas! Como ya digo solo uno pidió pescado, pero fue muy buena elección: un salmonete con crujiente de escamas y mejillones de roca, regado con una salsa de bogavante que le daba un sabor tremendo.

Salmonete y salsa de bogavante
De carnes cayeron la molleja de ternera, dos pichones, el steak tartare y un cochinillo confitado. Yo pedí la molleja de la foto. Si os atrevéis, probadla porque estaba buenísima, en su punto, poquito hecha y un poco curruscante por fuera, de la brasa. Llevaba una salsa ahumada de porrusalda que le dio un toque magnífico.

El Pichón de Bresse, región conocida por sus aves de corral y sus palomas fue el otro éxito de la noche. Venía perfectamente preparado en crapaudine (despanzurrada) y en su punto. Rosadito y jugoso, perfecto. Es arriesgado hacer la caza rosita si no es realmente buena, y en este caso resultó ser todo un espectáculo. De acompañamiento tenía patatas risoladas y cebollitas.

El filete tártaro bastante bueno, aliñado al gusto y fresco. Bueno pero tampoco especialmente destacable. El cochinillo también muy rico, confitado y preparado con ragout de oreja, compota de manzana y rabito asado. Una suave delicia nada pesada incluso para cenar.

Cochinillo confitado
El postre ya lo habíamos elegido junto con el resto platos, ya que tardan 20 minutos en hornearlo. Un par de deliciosas tartas de manzana casera, servidas con helado de especias (sobre todo canela). Ya veis que tienen un pintón y estaban riquísimas.

El otro postre que probamos fue un milhojas de plátano con dulce de leche y helado de nata. Rico rico, pero algo escaso. También disfrutamos de unos mignardises de chocolate y fruta al final, un broche perfecto.

Como conclusión, un sitio nuevo totalmente recomendable que nos sorprendió por la variedad de la carta, no porque fuera muy extensa (estaba en el punto justo), sino porque ofrecía varias cosas que se salen de lo típico de hoy en día en los sitios de moda, como un poco de caza y casquería. El servicio es una pasada y si tenéis oportunidad de cenar en los reservados, disfrutaréis de la velada el doble. El precio no es especialmente ajustado, pero dentro de lo razonable dada la calidad de la comida , el vino y el servicio. Quería dejaros la última foto porque el formato de la cuenta y su cofre me parecieron lo más.
Precio: 55€
Web: restaurantemore.com
Ficha Google+: N/A
Localización:
Me ha parecido un sitio muy interesante al que acudiré, las admitas de Soria, ummm,m