¿Por qué tienes que visitar El Faro de Cadiz?
Es uno de los restaurantes de referencia en toda la provincia de Cádiz. Con más de cincuenta años de tradición, es uno de los sitios de bandera que no puedes dejar de visitar. Ya sea en la barra o en el restaurante. Un restaurante elegante con un servicio cercano y muy profesional. Os dejo un enlace a un artículo con más info. Yo paso a contaros lo que disfrutamos en la última cena.
¿Qué comimos en El Faro de Cádiz?
Nos dimos una cena a base de picoteo variado estupenda. Acabando con un platazo como las almejas guisadas con espinacas. Ellas solas justifican la visita.
Para abrir boca un par de aperitivos de la casa. Unas patatas aliñadas de categoría. Aceite y aliño extraordinario. Y una tapida de solomillo aliñado que era cosa fina.
Comenzamos con un tartar de atún rojo de almadraba con huevas de trucha. Buenísimo. Muy sabroso y una carne melosa estupenda.
El siguiente plato fue una tosta de sardina ahumada con cebolla roja caramelizada y aguacate. Rico, rico, rico. Contraste de sabores potentes de los que se disfruta.
Después pasamos a las pavías de bacalao. Un bocado muy bueno. Un bacalao sabroso con un rebozado de primera. Lo acompañan con una mostaza que está bien probarla por curiosear, pero que en mi opinión es redundante. Las pavías están estupendas por sí solas.
Y seguimos con dos platillos que también son de obligado cumplimiento. Sus archiconocidas tortillitas de camarones. Generosas en camarones y con la harina justa y necesaria. Son toda una obra de arte que hay que pedir. Por otro lado, unas ortiguillas (o Anemonia Sulcata) rebozadas. Esencia de mar pura y dura que en mi opinión es toda una delicia. Hay que pedirlas en sitios de confianza y este, sin duda, es uno de ellos.
Llegamos al plato principal. Al pedir la comanda, nos avisaron que tenían unas almejas espectaculares. Y que nos las podían preparar en un guiso tradicional suyo con espinacas y generoso de azafrán. No os podéis imaginar que cosa más buena. Unas almejas de primera en un guiso espectacular. Todo un acierto que no podíamos dejar de compartir.
De postre, unas natillas caseras tan buenas como todo lo anterior. Todo un espectáculo para acabar una cena de 10.