Tras unas navidades muy glotonas, tenemos una batería de sitiazos que contaros. Empezamos por todo lo alto con el Restaurante CEBO. Es el restaurante del hotel Urban. Hace unos meses cambió el equipo y es increible el entusiasmo y lo bien que han arrancado. Como os podéis imaginar, la puesta en escena y el local son impresionantes. Muy elegante y con muchísima amplitud.
Sin más, pasamos a contaros el menú que disfrutamos a finales de diciembre de 2022. Una sucesión de platazos que acompañamos de una botella de Jean Vesselle 2010. Todo lo que probamos de principio a fin estaba realmente bueno.

Arrancamos con tres aperitivos ibéricos. Galleta de corteza con steak tartare de presa. Croqueta de leche de oveja con jamón Joselito con una fina loncha de copa. Con esta croqueta ganaron el año pasado Madrid Fusión. En el vaso, caldo de costillas con esencia de jamón. No os podéis imaginar lo bueno que estaban los tres.

El siguiente plato fue su bocado de tomate. Es un plato que se han traido de su restaurante original Oba. Todos los ingredientes se los traen de su huerto y se nota que los cuidan con mimo.

Alcachofas de Tudela con trufa y caldo de cocido con menta. Riquísimo. Pequeñas alcachofas con un sabor casi tan potente como el de la trufa.

Chipirón en su tinta con limón. No te puedes imaginar qué bien le queda ese toque de limón al plato. Una maravilla.

Seguimos con otro plato merino. El mero. Un delicia de por sí. Que aquí preparan en su punto. Con la piel bien crujiente.

Éste es uno de los platos más sabrosos y vistosos del menú. Su carabinero! Te lo terminan en mesa a soplete y, como te puedes imaginar, todo ese aroma a carabinero a la plancha hace que empieces a salivar de lo lindo. Arriba a la derecha, se ve malamanete la croqueta que hacen con los jugos de la cabeza del carabinero. Toda una bomba de sabor.

El solomillo es una delicia. Un jugo sabroso pero sin avasallar. Las hojas de acompañamiento son muy frescas y agradables entre bocado y bocado.

Y pasamos a los postres. Creo que aquí se han ido a lo sobre seguro. Un postre tradicional interpretado a su manera. Y uno de chocolate. Que no puede faltar. El primero son unas natillas que sencillamente son una maravilla. En el segundo tienes chocolate con diferentes texturas. Ambos muy buenos pero si tuviera que elegir, me decantaría por las natillas.



Conclusión: Restaurante CEBO es un sitio con todas las garantías para celebrar cosas importantes. Una sala, un equipo y sobre todo un menú excepcionales. Comimos de maravilla y nos atendieron aún mejor. Así que apuntaros este sitio porque va creo que en breve va a ser uno de los referentes de nuestra ciudad.