La semana pasada, aprovechando una comida periódica que organizamos un grupo de amigos, salió como propuesta El Brote, de la calle Chile. Es un sitio relativamente reciente y que rápidamente se ha hecho con un pequeño sitio en Madrid, e incluso con la mención de honor a mejor restaurante de comida tradicional de Madrid de los premios Metrópoli 2012.

El brote es un sitio especializado en setas. Es una cosa que hay que saber cuando vas porque realmente no vas a comer otra cosa. Dado que las setas son un alimento de temporada, no hay carta fija y van teniendo unas u otras setas en función de las setas que tengan. Hay setas todo el año, traídas de todas partes de la península, pero cada mes suele cambiar la oferta, por lo que depende de cuándo vayas a El Brote probarás unas cosas u otras. Lo que está claro es que tienen una pasión tremenda y muy atractiva. Al sentarte el encargado te lee la comanda que tiene apuntada en un papel, y te recomienda lo mejor del día, que suele ser todo. Nosotros elegimos unas ensaladas seguidas de varios platos de setas y una carne para terminar.

En la barra, esperando a la gente tomamos unas copas de Viñas del Vero Gewürztraminer, que es un vino blanco que conocí hace poco en su propia bodega y no me canso de pedir. Realmente bueno, sobre todo si te gusta el sabor un poco afrutado. Con la comida, nos recomendaron el vino de la casa, un crianza Torrederos 2009 estupendo (16€). De aperitivo el carpaccio de champiñones con un poco de aceite y un parmesano buenísimo.
Tras eso, empezamos con lo sano. Tomate del mejor que puedas probar y unas pamplinas, que son unos berros chiquititos un poco crujientes y tremendamente sabrosos. Solo los había probado en otro sitio y me flipan.

Después llegaron las flores de calabacín (4,5/ud) rellenas de rebozuelo. Un auténtico manjar acompañado de los propios pistilos de la flor, una compota y frutos.

Luego las alcachofas rellenas de boletus (3,5€/ud). Otro plato tremendamente rico lleno de sabor y que enlaza genial con la alcachofa, entre dulce y amargo. Tendríamos que haber pedido al menos un par por cabeza.

Entrando ya en la materia auténtica, llegó el marzuelo al pedro ximénez, salteado con espárragos verdes y otras verduras, y con un langostino estupendo que remata el plato. Esto fue la bomba. El marzuelo me pareció de levantarte el sombrero.

Para no quedarnos con hambre pedimos unos solomillitos, que decidieron ponernos con un rebozuelos exquisitos. La carne muy bien hecha y tiernísima. En esta casa lo importante es el producto. El mejor.

Para finalizar la comida pedimos un par de postres para compartir, pero siento decir que no nos parecieron a la altura. Era un helado de trufa (la seta) y una mousse de rebozuelos (2,2 y 3€). que tenían el sabor realmente conseguidos pero no nos pareció que supiera bueno para un postre. Es quizá rizar el rizo.

En resumen, salimos muy contentos, con dos pequeños peros. El primero los postres, que no están a la altura del resto de carta. El segundo fue el precio de las ensaladas (24€en total). Si bien, como habéis visto, los precios de los platos no están mal, son ajustados, 12€ por un plato de tomate nos pareció excesivo. Lo demás estupendo: la comida, la experiencia, el servicio, el local muy agradable, sencillo. Espero volver para probar nuevos platos.
Precio: 35€
Gran resumen Borja, en el que además coincido plenamente. En mi caso, lo que más me gustó fue el calabazín